El organismo solo produce vitamina D cuando se expone directamente la piel al sol; de esta forma se obtiene el 90% de esta vitamina y solo el 10% a través de la alimentación.
Hay muy pocos alimentos que la proporcionen. Entre ellos, los productos lácteos, como el queso , la mantequilla, la leche. También a través del pescado, sobre todo el salmón y el atún. El hígado, las ostras y las setas contienen una buena cantidad de vitamina D.
Es sabido lo importante que es para el organismo esta vitamina pero por desgracia no se encuentra en los valores que sería deseable en el cuerpo.
Con el tan temido cáncer de piel, acostumbramos a protegernos del sol pero también evitamos la absorción de la vitamina D que el astro rey nos proporciona... Bastaría con exponerse 10 minutos al sol sin protección para obtener esta necesaria vitamina ¡¡pero solo 10 minutos!!, el resto del tiempo proteger bien la piel.
La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio que, junto al fósforo, es tan necesario para la formación de los huesos.
También se ha comprobado que ayuda a desarrollar menos grasa corporal total y menor cantidad de grasa en el abdomen.
Asimismo, investigaciones en laboratorio han demostrado que altas dosis de vitamina D matan las células cancerígenas (Presidente del Instituto de Cáncer Roswell Park, en EE UU, Donald L. Trump).
Científicos de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) han demostrado que cuanto mayor es el nivel de vitamina D en sangre mayor es la movilidad de los espermatozoides humanos y más rapidez presentan.
Los bajos niveles de vitamina D se han relacionado con alergias, asma, diabetes, parkinson y obesidad, entre otros muchos trastornos de la salud.
¡¡ Pues ya sabéis !!, ahora que llega el invierno y el sol brilla por su ausencia... leche y pescado en grandes cantidades.
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