jueves, 10 de noviembre de 2011

EL TÉ Y SUS PROPIEDADES



Hablemos del té...



El té procede de la planta “Camelia Sinensis” y ha sido, desde épocas remotas, usado ya en medicina china por sus múltiples propiedades.
Del té se afirmaba que favorecía el estado de alerta, combatía el colesterol, eliminaba grasa, prevenía la caries, curaba fístulas, tenía efectos preventivos para el cáncer, mitigaba los efectos del alcohol, estimulaba la transpiración y tenía efectos laxantes.

Ahora, siendo estudiado por la medicina moderna se ha comprobado que el té es una forma habitual de medicina preventiva y se han descubierto muchas otras propiedades.
Aunque hay más de 200 variedades de té, existen 4 tipos principales y básicos: el té blanco, el té verde, el té rojo y el té negro.

No existen los milagros sino la prudencia y el buen hacer, de modo que, como en todo, el exceso puede no ser beneficioso. Con dos tazas al día el organismo tiene suficiente para que se hagan notar los beneficios.
Si se está medicando, es preferible no tomar té ya que puede aumentar o disminuir valores y propiedades.

Cualquiera de estos tés puede encontrarse en herboristerías y comercios especializados, en dosis (bolsitas) o al por mayor, para cocer las hierbas en casa y colar.
No olvidar, dejar reposar 2 o 3 minutos antes de tomar.
Se puede consumir caliente o frío, agregando hielo, pero tener en cuenta que el hielo aumenta el efecto excitante.

EL TÉ BLANCO
El té blanco es exclusivo y de muy escasa producción, por eso también es más caro. Se cultiva en Sri Lanka y China, en las altas montañas. Las propiedades del té blanco son mejores y más amplias que todos los demás tés juntos. Estas propiedades se concentran en los estambres de sus flores; se dejan secar sin ser manipulados ni fermentados.
Es antioxidante y anticancerígeno; aporta vitaminas C y E; fortalece el cabello, estimula las defensas; se recomienda en la etapa del Climaterio; combate los radicales libres, actúa como antiarrugas y antienvejecimiento. Disminuye los niveles de azúcar en sangre.

EL TÉ VERDE
Es un té no fermentado, el 30% de su hoja son Polifenoles. Tiene propiedades diuréticas por lo que se recomienda a personas que tienden a retener líquidos. Favorece la reducción de grasa corporal y disminuye los niveles de colesterol por lo que protege de las enfermedades cardiovasculares.

Es anticancerígeno y antitumoral. Potencia el Sistema Inmunológico y es regulador intestinal. Puede ser muy beneficioso para personas con artritis.
Protege contra el Parkinson y retarda el desarrollo de diabetes en aquellas personas con tendencia.

EL TÉ ROJO (También llamado “Té Oolong”)
Es un té semifermentado, contiene un 20% de Polifenoles. Tiene poder adelgazante, ya que actúa directamente sobre el metabolismo hepático, sintetizando las grasas más rápidamente y pudiendo ser eliminada por el organismo. A menudo, se utiliza como complemento en dietas adelgazantes.
Favorece la longevidad y baja los niveles de colesterol; así como la circulación y el ácido úrico, de modo que se recomienda a aquellas personas aquejadas de varices y en quienes sufren gota.

Se recomienda no abusar del té rojo por las siguientes razones:
En principio, como en los demás tipos de té, al contener tianina (parecido a la cafeína), actúa como una sustancia excitante para el Sistema Nervioso Central y aumentar la presión sanguínea, aunque no tanto como el café.
Por otro lado, mezclado con leche puede llegar a inutilizar sus efectos antioxidantes y, su exceso, puede afectar a la absorción del hierro por los intestinos, por lo que se recomienda no tomarlo inmediatamente después de las comidas.

EL TÉ NEGRO
El té negro tiene una fermentación completa, con un 10% de Polifenoles. Es el más común y más utilizado.
Es recomendado para detener diarreas. Desintoxicante y depurativo, luego un buen refuerzo para el Sistema Inmunitario.
Previene los mareos por hipotensión ortostática (al ponerse en píe) por parte de las personas mayores.
Reduce el riesgo de cálculos renales, así como de padecer Parkinson.
También es beneficioso para evitar el endurecimiento de las arterias (arterioesclerosis), sobre todo en mujeres.
Reduce el riesgo de padecer varios cánceres como el de ovarios, mama, estómago, colon y recto.

El té negro no es muy recomendable para personas con anemia ya que puede empeorarla por deficiencia de hierro (en cualquier caso no consumir tras las comidas).

Así mismo, deberían tomarlo con prudencia aquellas personas con trastornos de coagulación y que padezcan del corazón.       
El té negro aumenta la presión interna del ojo, luego precaución ante casos de glaucoma. También puede debilitar los huesos dado que aumenta su eliminación a través de la orina.







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