lunes, 23 de enero de 2012

El frío y los minerales


En la época de invierno debemos prestar especial atención a nuestra dieta y a los minerales que nos ayudarán a equilibrar el organismo especialmente en esos meses de frío.
El magnesio, calcio, yodo y selenio serán nuestros aliados. 


Magnesio
El magnesio es el mineral encargado de activar los sistemas del organismo que actúan sobre los hidratos de carbono. Las hortalizas, frutos secos, la soja y el cacao son las principales fuentes de magnesio.
El aporte mínimo recomendado es de 300 a 400 miligramos al día.

Calcio
Debido a la poca luz solar en los meses de invierno debemos estar especialmente atentos al consumo de productos que contengan un alto valor en calcio y vitamina D.
El calcio es imprescindible para la salud de nuestros huesos y el sistema nervioso y esencial, para una buena circulación de la sangre.
Las necesidades en calcio son de unos 800 miligramos al día, como mínimo. Hay muy pocos alimentos que contengan vitamina D, la mayor parte de esta vitamina la asimilamos a partir de la luz del sol. Es en los lácteos donde encontramos la mayor proporción tanto de vitamina D como de calcio.
Por cada 100 gramos de brécol consumimos 56 miligramos de calcio. Las sardinas además de hortalizas, frutas y lácteos, es la mejor alternativa para obtener calcio. Una simple lata de sardinas aporta 400 miligramos de calcio y vitamina D.

Yodo
Es un mineral que interviene en el funcionamiento de la glándula tiroides que dirige la actividad del metabolismo. Ayuda al crecimiento, mejora la agilidad mental, quema el exceso de grasa y desarrolla correctamente las uñas, el cabello, la piel y los dientes.
La carencia de yodo da lugar al bocio, además de estreñimiento y lentitud en la respuesta tanto a nivel físico como psíquicamente.
El pescado es la mejor fuente de yodo; no obstante, también encontramos yodo en ciertas hortalizas como las acelgas, el brécol, las espinacas o la endivia. La col, por su riqueza en glucosinolatos, dificulta la absorción de yodo; sería conveniente evitarla ante carencias de yodo.
El aporte mínimo recomendado de yodo es de 150 microgramos al día.

Selenio
Su aporte en la dieta es beneficioso para los músculos y protege de la oxidación de las células. En invierno, ante el frío, el cuerpo debe hacer un esfuerzo para contrarrestar los radicales libres, una forma de estrés físico que ya se suma al habitual producido por las preocupaciones del día a día.
Es aconsejable consumir alimentos ricos en selenio tales como las legumbres, frutos secos, ajo y champiñón. Necesitamos consumir diariamente entre 50 y 70 microgramos de selenio.



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